En los últimos días, el temporal Filomena ha traído a Madrid las mayores nevadas desde 1971, colapsando las calles de nieve y bajando enormemente las temperaturas. Esta situación extrema nos está mostrando cómo la gestión de sus efectos pone en primer lugar las necesidades del capital y de los sectores más privilegiados de la sociedad y en último lugar a los sectores mas excluidos y empobrecidos.
El caso más extremo de esta situación lo hemos visto en la Cañada Real de Madrid. Esta zona de casas construidas irregularmente llevaba meses sufriendo cortes de luz por parte de la empresa Naturgy (antes Gas Natural Fenosa). La empresa se basa en el sobreconsumo de varias supuestas plantaciones de marihuana conectadas ilegalmente a la red, para dejar a todo un barrio de familias extremadamente vulnerables sin luz. Por su parte, las habitantes del barrio han organizado manifestaciones y concentraciones pidiendo el reestablecimiento de la electricidad y poder pagarla.
Las consecuencias del corte muestran que supone un verdadero riesgo para sus habitantes: ha habido decenas de casos de intoxicación por gas, quemaduras, niños con síntomas de congelación, ataques de ansiedad e intentos de suicidio, según nos cuentan los propios habitantes de la cañada.
Si la llegada del temporal Filomena ha sido catastrófico en toda la ciudad, mantener a la Cañada sin luz ahora sólo desenmascara la gestión criminal de Naturgy, que aún en esta emergencia se resiste a reconectar a la Cañada (aquí y aquí) anteponiendo sus intereses sobre el acceso a un recurso esencial a una de las poblaciones más vulnerables de Madrid en un contexto tan grave como el actual.
El gobierno y el resto de instituciones del Estado, han mostrado con su inacción, y permitiendo la subida del 27% en la electricidad en plena ola de frío, que su papel es el de servir y proteger los intereses del capital, y especialmente el de las grandes transnacionales españolas con las que nuestra clase política tiene una estrecha conexión.
Esta gestión del estado también pone sobre la mesa los límites de la socialdemocracia de Unidas Podemos, que hizo campaña dicendo que defendería a la población mas vulnerable y, en particular, que iba a bajar el coste de la electricidad. Sin embargo desde su entrada en el gobierno lo único que está consiguiendo es adornar con medidas sociales tibias e insuficientes la gestión de un gobierno enteramente al servicio del Capital en su conjunto y en particular de las grandes empresas.
Por otra parte la Comunidad de Madrid, que es la responsable de las competencias de Sanidad, ha ignorado completamente la Emergencia Sanitaria que está ocurriendo y se niega a tratarla como tal.
El ayuntamiento de Madrid, por otro lado, ha querido tratar a los habitantes de la cañada como gente sin hogar y la única solución que ha aportado es alojarles en un albergue municipal, exponíendoles muchísimo mas al COVID-19 en plena tercera ola de la pandemia. Los habitantes de la Cañada no necesitan un techo, ya lo tiene, lo que necesitan es luz y poder calentarse.
Desde los núcleos de la Federación Estudiantil Libertaria de Madrid, queremos sumarnos a todos los colectivos y asociaciones que se están solidarizando con la Cañada y exigiendo que les devuelvan la luz (ahora, por la situación extrema que vivimos, y siempre, porque es un servicio imprescindible para una vida digna).
Animamos a difundir esta situación, pues el silencio mediático y la criminalización y estigamtización con la que los medios suelen tratar a esta población son los primeros complices de los abusos de Naturgy. También animamos a colaborar en la medida de las posibilidades de cada una en las iniciativas solidarias que se están dando. Desde donaciones de ropa de abrigo a donaciones económicas.
También apoyamos las iniciativas de boikot a Naturgy (aka Gas Natural Fenosa) como esta:
Por último, para mas información os animamos a seguir a la @mujerestabadol y @juventud_canada para conocer de primera mano su situación y las iniciativas de apoyo o reivindicativas que promuevan.
¡Solo el pueblo salva al pueblo!
PD: No queremos terminar este posicionamiento sin denunciar cómo todos los partidos políticos (a excepción de Vox) están rompiendo con el Pacto Regional de la Cañada Real firmado en mayo de 2017.