Esto no acaba aquí, seguimos gritando #JorgeYPabloAbsolución

Tras casi 6 años de proceso judicial, ayer se dió a conocer la sentencia del #NoCaso14N , un montaje policial contra dos sindicalistas de la CNT que, de momento, termina en condena. Una condena que se basa únicamente en el testimonio policial, sin que se aportase ninguna otra prueba, y por si fuera poco, con diversas pruebas que demostraban su inocencia y que no han sido tenidas en cuenta1). Y decimos “de momento” porque la Plataforma Stop Represión de la Rioja que viene apoyando a Jorge y Pablo todo este tiempo ya ha anunciado que recurrirá la sentencia y que seguirá convocando movilizaciones exigiendo no solo la absolución, sino también el reconocimiento público de que se trata de un montaje policial2).
 
Desgraciadamente, no podemos decir que esta sentencia nos haya sorprendido demasiado. Cuando lo que se persiguen no son delitos sino a quienes luchan por la transformación social, toda prueba, por evidente que sea, pasa a ser papel mojado. Y que esto ocurra está muy lejos de ser un caso aislado: el desgaste físico, psicológico y económico que la represión supone es un lastre que los movimientos sociales deben arrastrar de forma crónica, como si del mito de Sísifo se tratase.

Lo que cada vez queda más claro, si es que alguien tenía todavía dudas, es a qué intereses sirve la Justicia en este Estado: montaje tras montaje, condena tras condena, lleva a cabo una minuciosa labor represiva con un objetivo muy claro. Por un lado, criminalizar la protesta, estigmatizar y aislar a todas aquellas personas que se entregan a la lucha por la transformación social tachándolas de “antisistema” o “terroristas”. Por otro, servir de ejemplo, porque aunque la condena caiga sobre sus carnes, va dirigida a todas: como la ejecución en la plaza pública, como la hoguera en la que quemaban a las brujas, marca a fuego en el suelo la linea roja que no debe ser atravesada.

Por tanto, no es casual que el ataque vaya dirigido precisamente a la CNT: uno de los sindicatos que continúa día a día plantando cara a la explotación laboral en cada empresa, que desde el primer momento se volcó con la convocatoria de la Huelga Feminista del pasado 8M, que no agacha la cabeza ni sigue la estela de los sindicatos mayoritarios en sus pactos con la patronal y su abandono de la lucha en defensa de las trabajadoras. No es casual que la represión golpee una y otra vez, y sea cual sea el frente, a quienes elijen la lucha en la calle y la organización popular en vez de los sillones y la delegación.

Para terminar, queremos también dedicar unas líneas a las diferentes partes implicadas:

Policías, jueces, fiscales, políticos y demás artífices de este montaje: pese a la rabia sabemos que, como decía Galeano, no sois más que simples funcionarios: empleados que pierden su empleo si no se entregan con eficiencia a la sórdida tarea que les ha sido encomendada, de 8 de la mañana a 3 de la tarde, descanso para el café incluido. No os vamos a dar la grandeza de convertiros en monstruos.

Jorge, Pablo: no sois héroes, no sois mártires, pues aunque seáis ejemplo de coraje al aguantar con la cabeza bien alta este violento proceso, sabéis mejor que nadie que lo que este mundo necesita no es la épica del lobo solitario, sino la fuerza que nace del vínculo, la potencia de poner en común, la solidaridad y el apoyo mutuo. Por eso, para nosotras sois compañeros. Nada más. Tampoco nada menos.

Esto no acaba aquí, seguimos gritando #JorgeYPabloAbsolución

Notas al pié:
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