Hoy, 1 de mayo, día internacional del trabajador (y supuestamente también trabajadora), la mayoría de estudiantes desconocen hoy más que nunca, lo que es trabajar. A nivel académico incluso, seamos claras: por lo general, el nivel en el grado ha bajado respecto al previo al Plan Bolonia. Las carreras se remiten a repetir lo de siempre, sin ningún giro pedagógico o similar, aumentando eso sí, la asistencia y trabajos obligatorios, habitualmente poniéndonos a trabajar en grupo con una complicación y mediocridad de quienes nunca fueron enseñados a trabajar en grupo. Entremezclado todo ello con salsa capitalista de la que exige que a tu título y currículum añadas formación para el mercado sí o sí. Y sin remuneración en las prácticas, por supuesto, reiteradas hasta el llamado “contrato de practicas”, en el que nos siguen robando por nuestro trabajo y formación.
Ya desde secundaria las chavalas cursan una asignatura llamada “emprendedorismo”, en el que se les inspira a pensar el mundo y sus propias vidas en términos económicos. Mientras, carecen dramáticamente de, por ejemplo, una educación sexual que rompa con los tabús que sólo pudren y oscurecen este campo de las relaciones humanas, como ya nadie puede negar.
Y, ¿qué pasa con el emprendedorismo y el mundo de la empresa? Nosotras nos preguntamos (y preguntamos a las profesoras), si es que sólo es posible un modelo de empresa, la capitalista, piramidal, competitiva; si es que el modelo cooperativo no es operativo, o qué? Si le es imposible conseguir presupuesto para trabajar, o qué. Si es insostenible. Y no, nada que ver. Para empezar este modelo empresarial es el más apoyado por los organismos gubernamentales, el que más reparto del trabajo y de la riqueza ofrece y a la vez el que más libertad tiene a la hora de establecer las políticas de empresa, es decir, el cómo exactamente hacer las cosas.
Pero no, cada vez son más las ferias empresariales en los campus, donde los espacios públicos ceden parcelas a empresarios; como si de un coto de caza se tratase, allí contratos basura son ofrecidos como si fuera la mejor oportunidad de tu vida. Las empresas se sienten la mar de cómodas en las universidades públicas, de hecho conforman, en buena parte, órganos de decisión de la universidad como son los Consejos Sociales.
Los valores éticos se han sustituido por los bursátiles, Mayor Zaragoza ex-director general de la UNESCO.